lunes, 14 de diciembre de 2009

Juguetearte 2009




Participarán mas de 20 artistas con trabajos exclusivos: juguetes de papel, madera, tela y otros materiales, grabado, cerámica, joyas, tejidos, carteras, bolsos, objetos con reciclaje, alimentos artesanales y más.
La feria/exposición estará abierta hasta el miércoles 23 de diciembre, de lunes a
sábado de 9:30 a 17:h30 (se atenderá en otro horario previa cita).


San Juan de Cumbayá, Juan Montalvo Nro 3 y Febres Cordero
Telf:(593-2) 2890688
Visita el link ¿Cómo LLegar?
en
www.artencumbaya.com

jueves, 19 de noviembre de 2009

Feria Texturas y Colores



El Taller Arte en Cumbayá y Basílica carteras de autor, participarán desde este 20 al 22 de Noviembre en la Feria Artesanal Texturas y Colores, organizada por la CMT, con más de 50 expositores ecuatorianos.
Centro de Convenciones Eugenio Espejo
Entrada libre
9am-5pm
2009

jueves, 22 de octubre de 2009

Curso de Xilografía y Ex-Libris



DIRIGIDO A ARTISTAS, ESTUDIANTES DE ARTE Y DISEÑO, LIBRERIAS, EDITORIALES Y PUBLICO EN GENERAL



Los ex libris son pequeñas etiquetas que se colocan en el reverso de la cubierta de los libros para indicar quién es su propietario. Surgieron hace unos 500 años y hoy su vigencia está asegurada por grabadores y coleccionistas.


La xilografía es una técnica de grabado que consiste en grabar una matriz de madera en la que se tallan o vacían las partes que en la reproducción o impresión deben quedar en blanco.

OBJETIVO:

Recuperar la tradición de estas pequeñas estampas artísticas a través de la xilografía y disfrutar de la delicia de trabajar en pequeño formato.
PROGRAMA:

Este taller tendrá contenidos teóricos y prácticos:

* Breve historia del grabado en relieve y del desarrollo de los Ex Libris desde su origen heráldico hasta convertirse en pequeños objetos artísticos de colección.
* Boceto para el Ex Libris.
* Grabado sobre madera.
* Estampación del grabado (edición).


INSTRUCTORA:

Liliana Gerardo, Artista Argentina radicada en La Florida con un amplio
conocimiento en el tema.

DURACIÓN:

Tres módulos (días) de tres horas cada uno y dos días para estampar.

HORARIO

Lunes 26 a viernes 30 de octubre de 2009, de 15:00h a 18:00h


COSTO:

100,00 USD, incluye materiales (plancha de MDF, tinta de grabado, 1 pliego
de cartulina de grabado). Descuentos en casos especiales.

INSCRIPCIONES:

Hasta el día viernes 23 de octubre en el taller Arte en Cumbayá.

De lunes a viernes de 9:00h a 16:30h. Calle Juan Montalvo #3 y Febres
Cordero, San Juan bajo

El cupo es limitado por lo que se deberá abonar el 30% del costo del curso
al momento de la inscripción.

Para mayor información llámanos al 022890688

evento organizado por: www.artencumbaya.com

Taller Arte en Cumbayá participa en "Juguemos en la Plaza"


Queridos amigos y amigas

El día sábado 31 de octubre a las 12:00h se inaugura la exposición de
juguetes “Juguemos en la Plaza” en la galería del Teatro Sucre. Además del
taller Arte en Cumbayá, participarán el Taller La Polilla, el Taller
Chupallitas, Shirma Guayasamín e Isabel Ullauri y el Taller Yanua.

Les esperamos, va a estar liadísimo.

Saludos,

Clara Hidalgo
Taller Arte en Cumbayá

jueves, 8 de octubre de 2009

Taller Arte en Cumbayá participa en "Juguemos en la Plaza"





Teatro Sucre "Juguemos en la Plaza", con la participación de Clara Hidalgo del Taller Arte en Cumbayá.

domingo, 30 de agosto de 2009

Colección Bizarro: Bolsos de cuero de Emy Díaz y Alba Erazo

Colección de carteras Bizarro, diseño e ilustración de Emy Díaz, estampadas en serigrafía. Los materiales son cuero, lona textil y forros impermeables.








Camisetas de algodón, ilustraciones de Emy Díaz





Carteras de cuero y seda, colección Manzana Prohibida, diseño: Emy Díaz





Carteras de Cuero y Bambú, diseño de Alba Erazo Espejo




Bufandas tejidas a mano, diseño: Emy Díaz











Diseño Ecuatoriano, carteras de autor.
Colección de Bolsos, carteras, accesorios diseñados en el Taller Arte en Cumbayá.
Artistas: Emy Díaz y Alba Erazo

miércoles, 8 de julio de 2009

Picasso drawing with light



Arte en cumbyá recomienda este artículo publicado en la galería de life.com, se pueden encontrar datos necesarios e interesantes sobre Picasso. esperamos que lo disfruten.

lunes, 29 de junio de 2009

Obra de María Salazar en el proyecto: MUSEO EN UNA CAJA


Museo en una Caja, una caja de arte para niños y jóvenes.

El Conteiner espacio para el arte de El Pobre Diablo invita a la inauguración de la muestra y lanzamiento del proyecto “Museo en una Caja” Arte ecuatoriano Contemporáneo para niños editado por la artista Ana Fernández , el día martes 30 de Junio de 2009 a las 19:30. Permanecerá abierta hasta el 15 de julio.


“Hace dos años, cuando hacía una serie de talleres de apreciación de arte en poblaciones rurales ecuatorianas, de difícil acceso por rutas escarpadas y alejadas, me preguntaba una y otra vez cuál sería el instrumento más adecuado para hacer llegar el arte ecuatoriano actual a estas comunidades.

Las computadoras e Infocus están fuera de lugar cuando no existe electricidad, los engorrosos afiches, enmarcados o no, son enormes y difíciles de llevar, los libros son pequeños, a veces pesados y otros imposibles de abrir. Finalmente, una mañana se me ocurrió: ¡un museo en una caja! La caja contendría un pequeño libro de acordeón con las imágenes de la obra de artistas que la gente podría ver, tocar, pasarse de mano en mano, llevar, traer, mandar, en fin, hacerla suya.

Empecé a concebir este proyecto inspirado en una caja-laboratorio de química que me regalaron cuando era niña. El laboratorio, a la vez que ofrece información, nos da la oportunidad de experimentar, de realizar proyectos para los cuales nos provee los materiales necesarios. Esto es lo que trae este museo en una caja, un libro de acordeón, un catálogo con instrucciones y una caja de materiales para experimentar.

En el libro de acordeón encontrarán a los artistas y su obra. Son muchos los artistas de la escena contemporánea ecuatoriana. Muchos y con obra distinta, rica y por demás interesante. No todos están aquí. Ésta es una selección de obras de artistas cuyo trabajo me ha interesado a lo largo de mis años como educadora de arte. La hice tomando en cuenta principalmente la audiencia a la que va dedicada: docentes, niños y jóvenes. Escogí la obra con dos criterios, uno que sea divertida e inspire a esta audiencia a crear a partir de ella, y otro que la hayan hecho artistas comprometidos con su creación, pero que tal vez no han tenido la difusión que su obra merece. Obviamente hay excepciones, encontrarán trabajos de artistas por demás conocidos dentro y fuera del país, que confirman la regla.

Algunos proyectos han sido ya “probados” en mis talleres hechos en varios años y en diferentes contextos. Otros son proyectos para ser experimentados por los docentes de arte y compartidos con sus alumnos en el aula. He hecho hincapié en escoger trabajos de artistas que producen obra divertida, que de algún modo conservan la facultad de maravillarse y maravillar que tanto admiro en el arte. Son artistas que emplean la imaginación para crear mundos impensables y fantásticos.

Les presento, entonces, un laboratorio de arte donde podrán encontrar artistas y obras, podrán experimentar y jugar dentro de sus mundos y encontrarán, ojalá, otros mundos propios para explorar”. Este es un proyecto auspiciado por el Ministerio de Cultura del Ecuador.

Ana Fernández:
Ana Fernández alias Miranda Texidor nació y creció en Quito Ecuador.
Se graduó del San Francisco Art Institute en EEUU con una Licenciatura BFA en Pintura. y recibió su Maestría MFA en Dibujo y Pintura de California College of the Arts. Ana explora la intersección entre fantasía y realidad a través del dibujo, la pintura , la escritura y las acciones callejeras erráticas.
Ha sido Artista en Residencia del Women’s Studio Workshop en New York en 2004 y ha ganado varios premios entre ellos el Pollock Krasner Foundation Award en 2005, el Bernard Osher Foundatuon Grant en 2006. Actualmente trabaja en el “Museo en una Caja” con un premio del Ministerio de Cultura del Ecuador para difusión de arte contemporáneo ecuatoriano en poblaciones rurales y de bajos recursos del Ecuador.
Ha exhibido su obra en Estados Unidos, Latino América, España, Italia y Ecuador donde su obra se encuentra en distintas colecciones. Ha desarrollado una amplia labor docente a nivel primario, secundario y universitario.

Hoy divide su tiempo entre Quito, Ecuador y San Francisco, California.

Es representada por galería Gachi Prieto Buenos Aires, Argentina
(Información tomada del sitio web: www.elpobrediablo.com

jueves, 5 de marzo de 2009

miércoles, 18 de febrero de 2009

Exposición SEMILLAS - María Salazar





María Salazar
Sin título
Dibujo a tinta

lunes, 9 de febrero de 2009

Exposición SEMILLAS - Elena Grijalva







Elena Grijalva
Sin título
Grabado calcográfico (técnica mixta)

lunes, 2 de febrero de 2009

arte en cumbaya: SEMILLAS

arte en cumbaya: SEMILLAS

Exposición SEMILLAS - Clara Hidalgo











Clara Hidalgo
De la serie “Semillas” Detalle de Instalación
Juego de memoria
Xilografía sobre cartón entintado

viernes, 23 de enero de 2009

CÓMO SE GRABA UN AGUAFUERTE

Ricardo Baroja





Publicado en Europa, año I, 4 (13 de marzo de 1910)*
* El más conocido de los testimonios de Ricardo Baroja sobre su manera de entender el grabado al aguafuerte se ha convertido en un texto clásico para la comprensión del proceso creativo en la generación de aguafortistas españoles de fines del pasado siglo y primeras décadas del presente. Escrito en el momento culminante de producción gráfica, este texto, de una indudable belleza literaria, ha sido reeditado en varias ocasiones. La actividad del grupo los veinticuatro, del que formaba parte Ricardo Baroja, quedó recogida en el volumen del prólogo de Manuel Abril titulado Aguafortistas, que publicó en 1929 la editorial Estrella; pues bien, entre las páginas 17 y 21 de dicha publicación se reproduce la conocida carta de Baroja a Luis Bello

Sr. D. Luis Bello, Director de Europa.




Querido amigo: ¿Tengo que hablar de mí mismo? ¿No es cierto? ¿De mi arte de aguafortista? ¿De mis fórmulas técnicas? ¿Quizás también de mis sensaciones, entusiasmos, voliciones, teorías, odios, amores, indiferencias y desprecios?
¿De toda la balumba de ideas y sentimientos que un llamado artista tiene que llevar consigo? Ese equipaje mental, al que un golfo literario, que no quiero nombrar, llamaría balija artística.

Hablar de todo esto sería mucho hablar.

Relatar como aparece en mi cerebro la idea de un aguafuerte sería difícil para mí, mediano manejador del buril y de la punta seca, pero detestable escritor.
En la confusa germinación de la idea gráfica influyen dos recuerdos: el uno recuerdo de la Naturaleza, el otro recuerdo del arte pasado.
El arte, para mí, es lo que recuerda.
En mis ensayos de aguafuerte he tratado de recordar a la Naturaleza.
Según me han dicho no lo he conseguido, sino que más bien mis obras resultan un remedo de las de Goya.

Esta opinión es para mi absolutamente equivocada, por varias razones, de las que únicamente le diré a usted una. A mí me parece que de las obras mías a las de Goya hay mas distancia que de una pobre gallinácea desplumada y triste que se arrastra en un corral exiguo y un águila real, soberbia, que vuela encima de las nubes más altas y mira de frente al sol.

Y esta opinión mía amigo Bello, es absolutamente cierta, porque aquí, para internos, este gallo cojitranco y alicortado es el único que entiende un poco del grabado al aguafuerte por estos patrios y humildes corralones artísticos contemporáneos.

**

Yo, amigo bello, a veces, las más, me pongo a rayar una plancha de cobre, sin previo boceto, quizás sin la más sospecha de lo que voy a hacer. Empiezo tímido, cohibido, ante la enorme superficie del metal, limpia y brillante. La punta de acero tiembla en mi mano, un poco entorpecida ya por una enfermedad. Los rasgos son mezquinos, inexpresivos, sin trabajo durante un rato.

Me voy aburriendo lentamente y la desesperación artística (muy distinta de la verdadera desesperación) me ha invadido. Ceso de trabajar y pienso irremisiblemente:

-He aquí echada a perder una magnífica plancha de cobre que me ha costado tantas pesetas.

Entonces medio rabioso, medio esperanzado, me decido a rayar con desenvoltura; luego la desenvoltura se convierte en desparpajo, en frescacha, según la modernísima palabra de nuestro caló artístico, y de frescacha continúo hasta el final, siempre amargado por un ligero remordimiento.

Lo que al principio fue una indicación de paisaje se convierte en una pared medio resquebrajada y carcomida, tal figura perfilada y pulida se hunde a fuerza de borrones en el ramaje negro de un árbol, en el hueco de una puerta.

Las pinceladas de barniz, recubriendo superficies rayadas, producen espacios blancos, y estos espacios claros, contorneados con fuertes líneas de punta, van esbozando figuras posibles: unas llegan a perfeccionarse y a vivir en el pequeño escenario de la lámina, otras malogradas. La asesina punta de acero las sumerge en las negruras profundas de un detalle obscuro, de una sombra.

Odio ya mi obra, la detesto, y recargo la acidez de la mezcla de agua y ácido nítrico y vierto el líquido voraz sobre la plancha.

Note usted, amigo Bello, que siempre con este odio, con este desprecio, va mezclada una esperanza.

¿A qué espíritu protector de los artistas holgazanes invoco para que me sea propicio?

No lo sé, y, sin embargo, cuando hago una barbaridad técnica; cuando la frescacha se desarrolla en su apogeo, de tal manera, que si un grabador académico me viera, me maldeciría con los pelos erizados de horror; cuando toda mi actividad de aguafortista es quizá nociva, inútil para conseguir expresión artística, entonces es cuando más creo en lo inesperado corregido, en el accidente aprovechado, en la casualidad adaptada, en que aparezca algo genial, algo que esté por encima de lo correcto.

De tal manera existe aquella esperanza en mí, que a veces he arrojado con ira la plancha al suelo, y al recogerla la he mirado con la sospecha de que los arañazos que ha sufrido el metal, modificando la superficie, me procuren un medio de corregir aquello que yo era incapaz de enmendar antes.

**

El mordido del cobre en el ácido nítrico es lo más admirable de este maravilloso, aristocrático, perfecto y divino procedimiento del grabado.

Aquella batalla campal entre el ácido que ataca y el barniz que defiende. Esas traiciones del defensor, que parece cumplir su misión y solapadamente nos engaña. Ese aire hipócritamente mortecino del aguafuerte, tranquila, límpida, azul, inofensiva, que nos hace decir:

- ¡Bah!... Todavía tardará en empezar a morder – y nos hace pensar en otra cosa.

Y de repente, cuando más distraídos estamos, sentimos el hervor de una infinidad de volcanes casi microscópicos que exhalan burbujas de gas hiponítrico en todas las rendijas que la punta abrió en el barniz.

Las moléculas del ácido dan una carga furiosa y sin cuartel en el cobre. Entonces la coloración de la plancha en el fondo de la cubeta es tan estupenda, que no ya con palabras, ni con el recuerdo del bello colorido veneciano podría tenerse idea.

Como fondo el tono rojo del crepúsculo del metal, ensombrecido aquí y allá por el pardo caliente del barniz de asfalto. Encima la veladura azul del aguafuerte, zafiro cambiante con aguas verdosas de un verde submarino, límpido, negro a veces a fuerza de ser azul, negro a veces a fuerza de ser pardo, caliente, transparente y rico. Y en este magnífico acorde de color las líneas que dejan el cobre al descubierto se dibujan claras, doradas, como las tallas brillantes en el fondo de un esmalte translúcido, y todas ellas recamadas, bordadas, perfiladas por burbujas de plata y mil arabescos, mil tracerías, mil laberintos, crecen, se entrecruzan, se mezclan y se confunden, al fin, en una confusa red de perlas.

Los ojos de Alberto Durero, de Antonio Rembrandt y de Francisco de Goya se vieron reflejados en el espejo de irisaciones azules del aguafuerte, y a veces, al inclinarme sobre la cubeta reteniendo la respiración, casi ahogada por el acre vapor rutilante que de ella se desprende, creo posible en el fondo nocturno del líquido vislumbrar las sagradas siluetas de los genios pasados…

**

La plancha de cobre está mordida, amigo bello. La he lavado con agua fría, luego con esencia de trementina, después con alcohol.

La plancha está limpia, brillante, dorada, y las tallas aparecen mates, perfectamente destacadas en la pulida superficie.

Ahora no queda más que estamparla.

Pero hablar de la obra hecha, ¿para qué?

La obra propia concluida es siempre mala; únicamente sirve para ser regalada, vendida, publicada o borrada.

¿A qué hablar de ella?

Mejor es pensar en hacer otra.

Porque toda obra hecha es despreciable; porque todo lo que uno es capaz de hacer es despreciable.

Suyo siempre afectísimo,


Ricardo Baroja




Texto tomado del catálogo “RICARDO BAROJA. El arte de grabar, 1871 – 1953” Calcografía Nacional de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, Madrid 1999

viernes, 9 de enero de 2009

DEL GRABADO Y SUS PROLONGACIONES

Artículo tomado de la revista DINERS, agosto 2008. Escrito por el Arq. Lenin Oña
DEL GRABADO Y SUS PROLONGACIONES


A ojos de alguna gente los artistas pasan por seres excéntricos, muy probablemente bohemios y controversiales. El Romanticismo ha sido señalado como el culpable de esa dudosa fama, aunque no se pueda negar que sean personajes fuera de lo común. Al fin y al cabo se dedican a ocupaciones prescindibles para la sociedad, dirá el imaginario. Aquí en nuestros lares - no está por demás recordarlo - al menos dos ex presidentes de la República, en las últimas décadas, suscribían la inutilidad del arte, de la literatura en concreto, al burlarse el uno de su contrincante electoral porque escribía libros, mientras el otro confesaba que nunca había leído una novela...

Tratándose de los artistas plásticos, la leyenda de la extravagancia y el aislamiento se ha ensañado con los grabadores, quizás porque ellos mismo se proclaman, a menudo, como los últimos alquimistas; quizás por el halo de misterio que emana de sus talleres, una especie de laboratorios, con algo de cocina antigua y hasta de mazmorra medieval, sala de torturas incluida. Son escenarios que recuerdan mucho a las afamadas Prisiones de Piranesi, uno de los más insignes artífices del oficio: las prensas con sus frías planchas de acero y los volantes de los tórculos como timones de barco, las acampanadas "sorbonas" que aspiran los ácidos con que se corroe el metal, las macizas piedras litográficas, los afilados buriles y las curvadas gubias, las cámaras oscuras para el fotograbado, los mesones entintados por todos los lados hasta borrar la madera, las cuerdas donde cuelgan para el secado las hojas de papel.

Una historia local

La historia del grabado en el Ecuador ha atravesado por altibajos y laberintos, como corresponde a un arte que demanda de los oficiantes una entrega rayana con la fe, y de los seguidores, enorme constancia y espíritu observador y fino. Hubo una larga temporada en que parecía que el único grabador en ejercicio era Galo Galecio, sin duda, una figura sobresaliente en todo el ámbito latinoamericano. Con la apertura de la Facultad de Artes en la Universidad Central (1968), que desde el comienzo incluyó la especialización en grabado, el panorama comenzó a cambiar, sobre todo cuando se incorporaron a la planta docente profesionales de la talla del iraquí Faik Husein y el ruso-ecuatoriano Nicolás Svistoonoff. Año a año fueron apareciendo nuevos nombres que revitalizaron la disciplina y captaron la atención del público, asunto en el que si no hay continuidad se cae en el olvido y toca retomar la prédica sobre el discreto encanto de las estampas y las impresiones.

El taller de la Casa de la Cultura desempeñó un papel importante durante cierto tiempo, pero al final se extinguió por culpa de un manido defecto nacional: la incapacidad de trabajar en colectivo, cualidad indispensable cuando se participa en un taller grupal como es el que tienen que sobrellevar los grabadores, pues queriéndolo o no deben compartir equipos que resultan prohibitivos - por costos y por espacios - para el artista aislado. La situación cambió, para mejor, con el establecimiento de la Estampería Quiteña, auspiciada por el respectivo gremio y el Municipio capitalino mas el eficiente apoyo español (cursos impartidos por maestros del oficio, exposiciones nacionales e internacionales, financiamientos oportunos). Diez años corridos y trajinados prueban el éxito que ha tenido una sagaz política de cooperación y modestia. Como en una tahona, con responsabilidad y alegría cumplen los grabadores su faena y día a día nos entregan el grabado nuestro de cada día.

Tres damas, integrantes del Taller de Cumbayá, graduadas en Artes de la Central, presentaron en la galería de la Flacso una sorprendente muestra -por la calidad y el rumbo de las obras- Gráfica (con las letras invertidas, para recordar que el mundo del grabado funciona al revés de lo habitual por exigencia de la impresión) que ha de quedar como un hito en la ya rica historia del grabado nacional. Ellas son: María Salazar, Clara Hidalgo y Elena Grijalva, por demás conocidas en el medio artístico, cada una con una amplia y fecunda trayectoria, expositoras en muchas ciudades del ancho mundo, galardonadas en más de una de estas, maestras por convicción, coincidentes en la idea de que el grabado ha dado sentido a sus vidas.


María Salazar

La primera imagen que asalta a la memoria cuando se menciona la palabra grabado es la de una superficie de papel saturada de finas líneas. En un segundo momento, se recuerdan manchas, claroscuros, a veces colores. Las posibilidades y recursos que ofrece la estampación son incontables. María ha hecho su camino por muchas de esas vías y ahora ha optado por los privilegios del espacio, cuyos poderes explota mediante el contraste del vacío con unos trazos firmes y espontáneos que recuerdan los dibujos infantiles. Las escenas son las de todos los días de una guerrera que tiene que batirse en diferentes frentes: el de la esposa, la madre, la profesora, la artista. La elección de la brevedad implica un homenaje al tiempo que todo lo tiraniza y a la exigencia del ojo contemporáneo, acostumbrado a captar al instante los sentidos y significados de las imágenes. Así consigue derrotar al tiempo y tornar poéticos a los personajes.

Nada reacia a la experimentación que es capaz de olvidarse los antaño sagrados cánones de la técnica ortodoxa, armada de aguja e hilo, emprende las labores de costura en delgadas láminas de cartulina negra. Puntada a puntada repite el memorioso ritual de la vida hogareña, creando una entrañable y lírica metáfora de la rutina cotidiana, con pespuntes de ternura y cariño. Pero el afán de averiguar qué más se puede hacer con los sencillos elementos que tiene a mano le llevan a dar un salto hacia las tres dimensiones y el volumen. Volúmenes frágiles hechos con delicados papeles – algunos estampados –

Translúcidos y cosidos al desgaire, recrean una utilería culinaria que no excluye ningún implemento ni utensilio. Reunidos conforman una instalación que hace pensar que, en realidad, “todo vale”, que todo vale cuando la idea y la ejecución se confabulan con acierto.




Clara Hidalgo

El referente de la niñez hermana a Clara con María, su compañera de banca en la Universidad y en el taller profesional. Plena de seguridad en el manejo de la línea y la composición, heterodoxa también en cuanto a la facilidad que tiene para abandonar los formatos y límites habituales, incursiona en la juguetería de papel con la misma desenvoltura con que maneja la xilografía o el aguafuerte. Con ambas técnicas, lo mismo que con los monotipos, las aguadas, los collages o la impresión digital, ha tenido muchas satisfacciones y reconocimientos incluyendo uno muy singular: la elaboración de una estampilla para los Correos del Ecuador, con motivo de los cuatrocientos años de la novela epónima de la lengua, Don Quijote de la Mancha.

La casa de muñecas es el juguete tópico y típico con que se educa, para bien y para mal, a las niñas en sus futuras obligaciones domésticas. Pero amoblar la casita no siempre es un juego inocente, aunque sí entretenido, al menos cuando lo hace Clarita colocando, como dice, “cada bicho en su nicho”. Son pequeños grabados que representan pequeños insectos, que ubica en pequeños cubículos reales, es decir, tridimensionales. El efecto tiene algo de kafkiano pero ante todo de pueril, deliciosamente pueril.

“Las tijeras son mi instrumento favorito”, confiesa para reiterar su pasión por el papel, el recorte y… el grabado. La experimentada habilidad que despliega en sus minuciosas elaboraciones, puesta a disposición de una original mueblería, le ha permitido montar con cartón corrugado salas de recibo donde dialogan sillas antropomórficas, que ostentan rasgos de improntas xilográficas ante mesas donde yacen matamoscas que ya han cumplido su cometido. La mosca, por supuesto, no es una mosca: es un grabado que representa a una mosca, como habría insinuado Magritte.




Elena Grijalva


De este trío de entrañables amigas, la más alejada de las denotaciones figurativas en su obra es Elena. Las aguafuertes y aguatintas que exhibe son ejercicios abstractos sobre la confrontación perpetua de la luz y la sombra. La máxima concesión que hace a la realidad son unas difusas imágenes de semillas, cuyas formas hay que dilucidar con cuidado porque por naturaleza tienen formas abstractas. Las reducidas dimensiones de los grabados, la geometría curvilínea de los trazos, la densa oscuridad de las impresiones, apenas alumbradas por uno que otro relumbre de claridad, poco o nada previenen sobre los verdaderos arrestos de la artista.

Solo se los descubre en la inmensa tela que cuelga del techo de la sala. Con todo el esplendor de sus 11metros de largo por 2,40 de alto, ondula perezosa con la evanescencia de una nube que dudara entre apartarse o seguir arrebañada en su hato vaporoso. Poco a poco se dejan ver, unas por aquí, otras por allá, como jirones semitransparentes, las semillas, casi ocultas por rasgos amorfos obtenidos mediante la estampación con placas de acetato.

Lo común y corriente es imprimir sobre papel, que de suyo es opaco. Lo novedoso es lo que ha hecho Elena, imprimir sobre una superficie translúcida como es la del tejido, que no tiene ni haz ni envés, pues ambos lados son lo uno y lo otro. Y, entonces, con la misma suavidad con que flamea, la gran sábana nos lleva de la mano al interrogatorio de siempre: ¿para qué sirve el arte?, y a la respuesta consecuente: para nada, excepto para que los sueños se hagan realidad.



(Fotografías: Mateo Barriga)

martes, 6 de enero de 2009

Queridos amigos

Gracias por el apoyo y la confianza que nos han brindado al visitar nuestro taller
y participar en Juguetearte 2008. Que el 2009 llegue con voluntad, sabiduria y amor.

Un gran abrazo

Clara y Elena